FUMADEROS DE OPIO
La sociedad está harta de los dos polos que la componen: los niños y los viejos. Como la infancia se cura con el tiempo, la terapia eventual es la guardería.
Lo de los viejos está más crudo. Aguantar más pañales sin más futuro que la muerte, es algo difícil de llevar.
Al viejo, además, lo martirizan quitándole el cigarrillo, la copita de vino y hasta la sal. Lo atiborran a pastillas y le obligan a andar cuando lo que quiere es estar tranquilo y rodeado de los suyos que, en muchos casos, no son sus familiares sino los amigos que les queda.
Luego si un alma buena en forma de médico o ATS-DUE le da un “poquito más” de sedante y el viejo, por fin descansa para siempre, la familia es capaz de armar el pollo y llevar a tan buena gente a los tribunales.
Yo propongo que ya que a los fumadores de tabaco nos han confinado en guetos también deben instalarse, para los molestos ancianos otros fumaderos. Serían los fumaderos de opio.
Es copiar lo que existe desde tiempo inmemorial en el Oriente. España es un país rico en Papaveráceas. No sólo la tan bella amapola crece en nuestras tierras sin necesidad de siembra sino la adormidera o “Papaver somníferum”.
Estas plantas serían la materia prima gratuita de estos fumaderos con lo que el gasto sanitario del SNS sería cero.
Se instalan muchos locales con esterillas de arpilleras que pueden facilitarla los propios hijos del viejo y pipas de opio alimentadas por las fértiles adormideras Se lleva temprano al viejo, este se tumba, chupa de la pipa, se duerme y antes o después se muere tan dulcemente.
Así todos los días y problema resuelto. Digo yo.
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