DEL PRODUCTOR AL CONSUMIDOR
El Parlamento Europeo ha fijado su posición sobre una normativa que refuerza el derecho de los pacientes a recibir información de calidad sobre los medicamentos de receta médica por lo que se permitirá que las compañías farmacéuticas informen directamente a los pacientes de las características de sus productos.
¡Pues mire usted que bien!. Según esto la figura del farmacéutico ha perdido todo su sentido puesto que en la mayoría de los casos los usuarios de Farmacias requieren datos sobre indicaciones, contraindicaciones, efectos secundarios e interacciones.
Dicho de esta forma tan correcta entraríamos en lo que criticamos, porque con contestar que la ergotamina combate la neuralgia del trigémino nos quedaríamos tan tranquilos.
¿Los laboratorios informarán en sus prospectos de esta forma o contratarán a un farmacéutico escritor que traduzca para el folleto que acompaña al medicamento algo así como:
-Para que el dolor no le haga estallar la cabeza este producto hace que una parte de la materia de su cerebro se quede como dormida y así puede bañar a los niños, ir a la peluquería y hacer la comida
Lo escribo en femenino pues son ellas las que acuden con más frecuencia a la Farmacia ya que la adquisición de los medicamentos forma parte de la cesta de la compra.
Cuando pregunten por los efectos secundarios el folleto no debe poner pirosis sino que “el estómago arde como si se tuviese dentro un tizón encendido”
De no ser así y con la ayuda del Doctor Google es posible que las generaciones venideras sean, sin necesidad de cursar estudios, todos licenciados en Farmacia sin apenas haberse dado cuenta.
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