EL MISMO EFECTO
Ayer estuve dialogando/discutiendo, en mi consulta, con un conocido que me lo puso a huevo. A raíz de un análisis hormonal realizado a su mujer, cercana al climaterio, salió el tema de la procreación como fin primigenio del matrimonio políticamente correcto.
Como yo le hablase de la paternidad responsable y que me parece muy bien que los farmacéuticos faciliten medios químicos o mecánicos que impidan el embarazo, mi conocido se mostró alterado y me dijo que dicha cuestión estaba contra las reglas de la Santa Madre Iglesia.
El se manifestó visceralmente practicante (aunque no haya estudiado ATS-DUE) y me dio la razón en cuanto a la barbaridad de cargarse con una abundante prole y poderla educar tanto en el aspecto económico como afectivo. Lo reconoció aportando el dato de que en su matrimonio sólo han procreado a dos criaturas.
-¿Y cómo lo has conseguido?.
-Por métodos naturales
-No te referirás al Ogyno
Me niega este sistema como obsoleto y poco fiable y, a continuación me da una disertación científica sobre fecundación. Me habla del mucus vaginal, de su pH, de la temperatura genital y me dice que con los actuales aparatos, que esos sí se deben vender en las farmacia, que marcan todos estos parámetros, él ha conseguido no traer más de dos criaturas al mundo. Le replico:
-Entonces, ¿qué más da?. Tú has buscado la causa por métodos naturales y otros por sistemas distintos, pero el efecto de la cuestión sigue siendo el mismo que tu Iglesia prohíbe: no aumentar la prole.
Me ha pagado el análisis y se ha ido. He perdido un paciente.
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