TOLERANCIA O AGUANTE?
¿Es lo mismo decir de una persona que tiene mucho aguante que calificarla de tolerante?. No. La primera acepción lleva implícita un sufrimiento subjetivo del receptor del malestar y la segunda califica a éste como persona un tanto insensible.
Estos pobres hombres sufridores que aguantan aparentemente imperturbables a su cacatúa de turno que no los deja leer ni el titular de la portada de un periódico o, para ser políticamente correctos, las sufridoras amas de casa que por mucho que insistan no consiguen que su macho quite el canal de deportes y que tape la taza del retrete después de mear. ¿Son tolerantes o pasotas?
Por ello a los que amamos el valor de las palabras, a fuer de que nos tomen por pertinaces puntualizadores, nos gusta hacer justicia y delimitar perfectamente qué es un tolerante a ultranza, un pasota, o un aguantador admirable que tiene la capacidad de resistir embates cotidianos sin modificar el semblante.
Yo lo simplifico con un ejemplo. Si a alguien le llenan una impagable copa de cristal de Bohemia con aceite hirviendo y, al no tener donde apoyarla momentáneamente, la estrella en el suelo no es ningún irresponsable sino una persona con sensibilidad al calor abrasador.
Los hay que aguantan a nivel de ampolla con la copa en la mano hasta el final del pasillo. ¿Aguante o tolerancia?. Este opúsculo sería bueno que lo leyesen los abogados matrimonialistas.
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