UN POCO DE PAZ
A mi tía Enriqueta, profesora de piano, y que aborrece el deporte la vi ayer leyendo el MARCA.
Haciéndome el vasco le dije:
-¿Qué pasa pues?
Me explicó, pidiéndome perdón por mi filia periodística, que ha llegado a la conclusión de que la única prensa que puede leerse actualmente es la deportiva.
Dice que, en ésta, simplemente se habla de victorias épicas, tan sólo aparecen fotografías de hombres esculturales sudorosos y sonrientes. Que España está que se sale. Somos los primeros en tenis, balonmano, fútbol, ciclismo, automovilismo y vela.
-¡Qué felicidad sobrino!
Y su recriminación sobre mi actividad periodística, tanto como lector y cronista, está basada en el día a día de las noticias. Lleva razón.
Ella, que por su edad e inteligencia, sabe de que va esto me dice:
-Antes, todo lo malo ocurría fuera. ¡Qué mentira, pero que tranquilidad!. Te levantabas con las gafas de cristal de rosa y ahora son negras como el sobaco de un mono.
Dice que la negritud visual te hace ver la cotidianeidad como algo que produce una constante crítica negativa.
-Yo que soy católica, apostólica y romana, cuando salgo a la calle pienso: ¡Qué feo tiene que ser Dios si nos hizo a su imagen y semejanza!. Negatividad pura sobrino.
Lleva razón. Leer prensa o ver telediarios perjudica seriamente la salud. Es mejor llegar a viejo jugando al dominó o viendo los programas del corazón. Para los más cultos, la TV-2 con sus animalitos. Siempre y cuando no te digan que los monos bonobos están en peligro de extinción, porque son los únicos que fornican diariamente y esta es otra forma de buscar la paz…y encontrarla.
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