TODO SOBRE MI MADRE
La madre a la que me refiero se llamaba Francisca Caballero y fue la progenitora de mi admirado y archifamoso triunfador Pedro Almodóvar. ¡Cuánto le hubiera gustado, aunque en este sentido se fue al otro mundo bien servida, ver la atronadora y prolongada ovación que recibió su vástago, hace unos días, durante la ceremonia de entrega de los Premios Goya.?. ¿No fue algo desmedida?... pero este es otro asunto
¿Y a qué viene todo esto?. A que situaciones como esta nos obliga a triunfar para que nuestros afectos no sólo disculpen nuestros defectos, (y no me refiero a la homosexualidad como tal), sino también nuestra forma distinta de vivir y pensar.
Recuerdo como mi padre me hablaba de la tristeza de un íntimo amigo porque un hijo le había salido…¡comunista!. Era el inicio de la transición. El niño, que ya está calvo y obeso, ocupa desde hace tiempo puestos de alta responsabilidad política que le procuran unos buenos dividendos, coche oficial y un sinfín de agradadores.
El padre pudo vivir el inicio de tan brillante carrera y ya no lloraba sobre la camisa azul; por el contrario se sentía muy orgulloso de su vástago.
La madre de Almodóvar también cambió sus lágrimas de dolor, cuando le decían de la vida liberal de su vástago en el Madrid de los ochenta, por las de orgullo y alegría al verlo triunfador de su auténtica vocación: el cine.
¡Señores…hay que triunfar para que los que nos califican de distintos hagan el paripé de parecerse a nosotros!
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