MARICHALAR A LOS CORRALES
Y juro que el título lo escribo sin el menor atisbo de maldad o doble intención. Algo, además, obvio vista la real figura de su ex-esposa, también sin retintín.
Estaba yo tan a gusto viendo el telediario a la espera de los deportes y el informe meteorológico cuando veo de pronto, cómo unos operarios, al hilo de una voz en “off” a la que no le pude hacer caso por el impacto de las imágenes, cogen al Duque de Lugo de detrás de un burladero, lo colocan en una carretilla, lo meten en un ascensor, tieso e inerte, (¡que impresión!), de donde lo sacan para depositarlo en un sótano.
Como no había oído el relato leo al día siguiente que Don Rafael Marichalar, al haberse divorciado de la Infanta Elena, ha perdido su título de Duque, su Grandeza de España, sus puestos de trabajo y, por supuesto, su lugar en el protocolo real. ¡Coño… al puto paro!. ¡Qué duro!.
Pero así es la vida y el hecho no merece mayor comentario. Lo que me ha impactado han sido las imágenes descritas que, según leí como he dicho, corresponden a una orden por la que también lo eliminan de figurante en el Museo de cera de los famosos.
Esto lo veo un poco más duro porque, para más INRI, en dicho Museo primero estaba con la familia real, luego lo pusieron con los taurinos y al final, esto tiene guasa, lo han mandado a los corrales.
Vaya usted de Victorino y Luchino para rematar de Miura en un sótano cochino.
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