MÁS DURA SERÁ LA CAIDA
Ser protagonista y sentirse figura hay que ganárselo a pulso porque el placer de sentirse foco de atracción de cámaras y micros es un gozo egocéntrico y momentáneo.
Un Premio Nobel, un afamado artista, un deportista múltiplemente premiado son figuras que se han ganado esos cinco segundos de gloria que Andy Warhol nos presumía a todos.
Algo parecido pasa diariamente con determinados mindundis médicos, especialidad cirugía, que tras la ansiosa espera de los deudos más cercanos del enfermo, cuando aparecen con esa puesta en escena cinematográfica: pijama verde veteado de sudor, gorro quirúrgico y mascarilla caída sobre la barba, se ven rodeados por un público expectante y ansioso.
Es cuando “el figura” pone el paño en el púlpito y cual pontífice se dirige benevolente hacia un público expectante y ansioso que de su boca salgan unas contadas palabras.
Tras la improvisada y diaria “rueda de prensa” espontánea ya las noticias personales del “artista” brillarán por su ausencia.
No soy proclive a las agresiones físicas pero cuando el icono resbala de la peana a lo peor a alguien se le escapa un puntapié. Delito recriminable que, en ocasiones, tiene algún eximente.
0 comentarios