GASES NOBLES
A Don José cuando lo cogen con el “pescao ajumao”, porque está hartito de coles, alguien puede encontrarse, cosa inusual, con una contestación ácida o excesivamente mordaz. Hay una paciente especialmente pesada que a pesar del diálogo pertinaz y repetitivo no deja, sin mala intención, de “provocarlo”. Se medica por prescripción facultativa relativamente poco y con tratamientos medidos y eficaces. No obstante:
-¡Que digo yo si no me estropeará el estógamo!
-Si se lo toma usted con el envase…¡seguro que sí!.
Esto es algo excepcional en el boticario que por el contrario, esté como esté anímicamente, responde profesionalmente a la pregunta más reiterada del personal:
-¿Y esto cómo y cuándo me lo tengo que tomá?
El farmacéutico tiene bien sabido que la confianza personal que sus pacientes depositan en él está en proporción inversa a la que tienen con su médico; de ahí que acepte el papel de consejero sanitario y para más detalle le escriba, a muchos, la posología en el envase. Hay veces que las consabidas: cada ocho horas ha de sustituirlas por D/A/C: iniciales de desayuno, almuerzo y cena.
Cuando se da este caso Don José se queda intranquilo porque las referencias gastronómicas no son medidas exactas. Hay quien, por ejemplo, desayuna a las seis y almuerza a las cuatro con lo cual la pauta de ocho horas queda rebasada. Pero hay otra cuestión que al boticario le preocupa en su constante labor de Atención Farmacéutica; no todos los medicamentos han de tomarse durante la ingesta de alimentos sino que algunos han de hacerse en ayunas y lo que es peor y poca gente conoce: hay fármacos que están contraindicados con algún tipo de alimento
-¿Y eso como va a sé?
-Pues, por ejemplo, algunos antiácidos que contengan sales de aluminio o magnesio han de tomarse en ayunas o bastante después de haber comido
-¡Qué barbariá que tiempo estamo viviendo!
-Hay determinados antibióticos que tomados con leche quedan inactivados porque los productos lácteos forman precipitados insolubles que impiden su absorción intestinal
-Pó precisamente hoy traigo yo una reseta pá mi marío con una cosa mu complicá
Don José mira la prescripción y sólo observa en ella un medicamento bastante común que tiene como acción paliar la flatulencia. Pero como le habla de algo complicado le pregunta:
-¿Qué le han diagnosticado a su marido?
-Le ha dicho la méico que tiene susio er condustó fugitivo
Una vez más Don José ha de controlar la risa y no contagiarse de las carcajadas del personal
-Será que tiene flatulencia
-¿La qué?
-El meteorismo, la aerofagia
-Pó como siga usté así me voy a enterá por las que jilan
-Para los gases… mujer
-¿Y se lo tiene que tomá antes o después del armuerso?
Carmela, que conoce al paciente y a su señora, le dice sin reparar en las consecuencias:
-Eso dá iguá. Lo que no se tiene que tomá son las perolá de chícharo que tú le pone. Que se oyen los peo desde er corredó.
2 comentarios
Emilio -
No me extraña, con este humor que la vida te ha dado, el que te comas muchas roscas aunque los de Sitel se enteren. Enhorabuena.
Arturo -