ORWELL SE EQUIVOCÓ.
El Sistema Integral de Interceptación de Comunicaciones, de soltera SINTEL, es un invento que consiste, “grosso modo”, en que los políticos pueden darle a un botón y enterarse con quien he quedado yo esta noche, valga el ejemplo, para echar un polvo.
Conmigo lo llevan crudo y me explico. Este sistema da vía libre para pinchar los cerca de 50 millones de teléfonos móviles que están en manos de los españolitos; por ello digo que a mí… que me echen un galgo porque no “gasto” móvil. Utilizo el teléfono de mi casa y las cabinas públicas que entre la modernidad y los gamberros van constituyendo un auténtico objeto de museo en el mobiliario urbano.
Pero lo realmente digno de resaltar en la progresiva estupidez que aqueja al ser humano y, por supuesto a sus representantes políticos. ¿Pinchar teléfonos a la gente y desvelar sus secretos?. El personal no tiene miedo a que lo escuchen hablar sin su permiso. Todo lo contrario. Yo utilizo todos los días cuatro veces un transporte público y de un tiempo a esta parte ya me he enterado de la vida y milagros de muchos conciudadanos. Dónde trabajan, a qué hora se escaquean, con quien se acuestan, con quien se levantan y por supuesto qué negocios pueden ser más jugosos.
¿Para qué, por tanto, el Sintel?
1 comentario
Calixta -
¡¡¡¡soñaba el ciego que veía...!!!